LoS nUeVos NiÑoS

Podemos no creer en nada, podemos evitar tomar contacto con nuestra parte más humana y espiritual, podemos renegar de las religiones y sus distintas creencias, pero no podemos pasar por alto la sonrisa de un niño. Los niños nos llenan de alegría, nos demuestran que la vida no es tan complicada a pesar de todo, solo hace falta sonreir de vez en cuando y tratar de encontrar la solución a los problemas y no pre-ocuparnos. Los niños nos enloquecen de todas las maneras posibles, nos hacen pensar y actuar siempre, poruqe cuando hay un niño cerca, es muy difícil no cuestionarnos y actuar por ello, para su protección y cuidado, para que se pongan felices o simplemente porque su presencia nos determina, nos incentiva a actuar distinto en función de sus necesidades. Hoy, todos sabemos que los niños no son lo que eran. Todos fuimos, y en algún punto seguimos siendo, niños, por eso nos conectamos tanto con ellos y por eso cuando nos acompañan nos sentimos plenos. Quizá sea también porque ellos aún se conectan con esa energía total del universo y nosotros, los adultos, olvidamos como hacerlo. Hoy los niños son aquél principito del cuento, cuestionan lo superficial, las banalidades de la vida, creen en lo que la mayoría no, son activos, construyen su propio destino y, aunque los padres renieguen, hacen y deshacen como ellos quieren. ¿Reveldía? Yo creo que no. Son una nueva raza, la evolución de la raza humana que nos despierta de una larga siesta, aquella que nunca cuestionamos. Somos seres libres y estos niños vienen a enseñárnoslos. Quebrarán los sistemas con los que nos manejamos para trarnos nuevos ideales por los cuales luchar, sobretodo el amor incondicional.