Monday, October 23, 2006

FeStEJaR CaDa DíA

¿Por qué dejamos de creer en la magia? ¿Por qué dejamos de creer en los cuentos de hadas y duendes? Cuando eramos niños no teníamos miedo de luchar por nuestros sueños, no temíamos hablar acerca de nuestros sentimientos y decir al mundo que "creíamos".
Las cosas materiales eran solo eso, cosas que nos servían en el momento que las necesitabamos y luego dejaban de ser importantes. Salvo nuestro pequeño osito, que con los años se puso desgreñado e imposible de limpiar, aún con el blanqueador más poderoso del mercado...
Los seres que éramos nos enseñaron que el poder del amor y de la creencia bastaba para satisfacer todas nuestras necesidades psíquicas, una libertad desgarradora que nos impulsaba hacia el abismo de una perfección romántica. El mundo se construía de deseos, maravillas y juegos. Pero el adulto olvidó qué significaba maravillarse por las cosas, olvidó quién era en realidad y en reemplazo de aquello que olvidó, colocó un sin fin de banalidades que no lo hacen feliz, pero lo insertan en la triste realidad de pertenecer al "común denominador" cultural.
Así, las hadas, los duendes, los hermosos seres que nos acompañaban en el juego de nuestras fantasías, los cuales no entendíamos por qué mamá no lograba ver. Todos ellos desaparecieron, fueron desplazados por obligaciones escolares, para más tarde convertirse en rutinas laborales. Fueron obligados a alejarse y refugiarse en los cuentos y en las películas. La ciencia los convirtió en desechos infantiles y todo la magia que los contenía se disipó totalmente. Algunos adultos pueden todavía creer y verlos corretear por la naturaleza, pero casi todos esos adultos están encerrados y tal vez visten chalecos de fuerza.
La adultez es un camino de ida, no regresamos jamás a los jardines de la infancia y la fantasía. Nos convertimos en seres preocupados por unos papelitos que andan dando vueltas, que llamamos dinero y que hacemos cualquier cosa por conseguir.
Mientras tanto corregimos a los niños cuando nos hablan de la fantasía, los educamos para ser futuros adultos responsables y en lo posible "normales". Inculcamos en los niños valores adultos y tratamos de suprimir los valores que ellos aprendieron por sí mismos. Les enseñamos a ser fríos, calculadores e insensibles, porque pensamos que en este mundo es la mejor manera de sobrevivir...¿la supervivencia del más apto?
Sin embargo, los niños no terminan nunca de nacer...y por suerte muchos tienen la capacidad de seguir siendo niños de espíritu aún en la adultez. Gracias a ello, la magia sigue existiendo aunque no la veamos por ahí, aún siguen volando los dragones y nadando las sirenas...Gracias a la creencia de algunos pocos, todavía el Amor es una de las cosas más puras que le quedan al Ser Humano. Seamos agradecidos con los niños porque por su fuerza espiritual y su ingenuidad, LA VIDA SE SIGUE FESTEJANDO CADA DÍA...

Saturday, October 07, 2006

AsESinO de LibERtaDeS

Caminamos por la vida como si nada, arrastrando ilusiones, proyectos, recuerdos, ideales, emociones, pasiones...Somos una especie de "ekeco", pero no mágico, que se pasea por la vida llevando consigo todo. Y no hablo de bolsos, ni carteras...sino de cosas abstractas que nuestra mente lleva a todas partes y que nos hacen ser lo que somos. Algunas de esas cosas que nos pertenecen tan íntimamente, también son nuestras carceleras.
Una de las cosas mas lindas que andan rondando por ahí, una pasión abrasadora que nos lleva, a veces, a la locura absoluta, es el Amor. Como dijo alguna vez el escritor de teatro, Alejandro Casona, el amor es ese sentimiento que se ciñe a la carne como un cinturón de espinas, pero que nadie quiere arrancarse. Y en sincronía con esto podemos agregar que el Amor es capaz de acorralarnos contra la más profunda oscuridad y al mismo tiempo, regalarnos al mismo Sol, atado de un cordón como si fuera un barrilete. Tan extraño es el amor que parece ser el asesino de nuestras libertades. Libertad y amor, que siempre nos imaginamos que van de la mano, o que tendrían que ir de esa manera, terminan en un campo de batalla, luchan por ser victoriosos en la guerra y llevarse la corona de nuestra dirección. Pero en el transcurso de esas batallas nustras actitudes nos hacen parecer animalitos enloquecidos, a veces enamoradizos, otras malhumorados, por instantes, plenos de felicidad y a veces llenos de momentos angustiantes. Un tsunami de inconstancias y contrariedades que nos invaden cuando el amor entra a nustras vidas. ¿El amor entra a nuestras vidas? ¿Acaso no estuvo simpre allí?. Sí, quizá el amor nos condiciona desde el principio, como parte de lo cultural, como parte del cuidado de una madre, por ejemplo, que si lo analizamos un poco vemos que no es todo el tiempo color de Rosa.
El amor es asi, un asesino de libertades, "una libertad encarcelada"...
Pero ES sobre todas las cosas, y no soportaríamos que deje de serlo.
Lo importante es pensar en qué esta uno dispuesto a entregar, hasta donde es capaz de llegar, por un poco de amor...El amor todo lo vale, pero hay amores que no valen nada...