El mundo de los sueños es amplio e ilimitado, no hay caminos recorridos, ni derechos comprados...Nuestros sueños son la agonía de la conciencia, juegan con nuestra mente, la apasionan, la deliran y vuelven a morir cada vez que recuperamos la vigilia...
Son estrellas, luces que nos dan respuestas, que nos conectan con nuestra imaginación, con nuestros más profundos deseos y con ese SER interior que aún no conocemos del todo. Muchas personas ni se detienen a meditar acerca de sus sueños,algunas creen no soñar jamas, pero la realidad es que el sueño se construye con nuestra cotidianeidad. La mente es un telar que recoge las sobras de nuestro día a día y de nuestros minutos vividos, las entremezcla con ideas latentes y deseos inconcientes, dibuja el color de la irracionalidad, pero al mismo tiempo cuenta una pequeña historia y nos intenta decir algo...El sueño se convierte así en un tejido que se despliega a plena noche...La pregunta es si estamos dispuestos o preparados para escucharlo.
Algunos sueños son premoniciones, otros intentan aclararnos el panorama de nuestra vida, nos dan pautas, claves y hasta resuelven, sin que nos demos cuanta, algunos de nuestros problemas.
El sueño es el enigma interno del hombre, lo conecta con la energía superior, pero tambien con las burbujas chispeantes del alma. Es una revelación carismática que trata de detener nuestra atención al menos por unos segundos.
Los sueños son capaces de dirigirnos en el camino que nos toca seguir, de influenciarnos. Son los locos sabios de la naturaleza, aquellos que nos dicen, nos cuentan y nos explican..Pero siguen siendo extraños, extravagantes y confusos, por ello también nos marean.
Los sueños nos regalan sensaciones, nos dejan brillar donde no sabemos que podemos y nos prestan el servicio del aprendizaje.
Debemos dejarlos surgir, tratar de recordarlos, pensarlos y analizarlos, aunque creamos que no podemos entenderlos.
Veremos que hay mucho por descubrir si empezamos a mirar hacia dentro de nosotros mismos, es una tarea difícil..empecemos por los sueños, esos cuentos que aprendimos a contarnos todas las noches, cuando dejamos de dormir con mamá y papá, y ellos ya no pudieron leernos más.. Veremos que, aún no siendo fábulas, dejarán una moraleja en nuestros sentidos...
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